Beneficios de la música en la etapa infantil
¿Qué beneficios aporta la música a los niños durante la etapa infantil?
Son numerosos los estudios científicos que nos ayudan a hacernos una idea de cómo la práctica de un instrumento musical, en nuestro caso el violín, puede llegar a dejar una profunda huella en el cerebro y, especialmente, si el cerebro es el de un niño.
El aprendizaje del instrumento no sólo pone de manifiesto la increíble plasticidad del cerebro, sino también pone a prueba las destrezas multimodales complejas que involucran varias funciones sensoriales: auditiva, visual, somatosensorial y sistema motor. Contribuyendo al desarrollo y estimulación de dichas habilidades.
Muchos padres y educadores se preguntan hasta qué punto el aprendizaje del instrumento tiene utilidad a una edad tan temprana. Estudios como el realizado por varios investigadores de la Universidad de Concordia (Montreal, Canadá), en colaboración en el Instituto Neurológico de Montreal y la Universidad McGill, y publicado recientemente por The Journal of Neuroscience, demuestran que el empezar el aprendizaje musical de un instrumento antes de los siete años tiene efectos positivos en el cerebro.
Esto ocurre gracias a que mejora las conexiones entre las regiones motoras y sensoriales, que son las que contribuyen a planificar y a llevar a cabo los movimientos, dando así lugar a cambios duraderos en las habilidades motoras y en la estructura cerebral. Este efecto – siempre según el estudio citado – puede ser aún mayor en edades tempranas, ya que esta capacitación resulta más eficaz, al existir zonas de la anatomía del cerebro más sensibles a los cambios en las primeras etapas de desarrollo.
¿Cómo trabajamos en Brains Orgaz para poder tocar el violín en la etapa de infantil?
Nuestro método de aprendizaje parte de la premisa de que el talento no es algo innato, sino que se puede desarrollar en el entorno y con la educación adecuados. Todo va a depender del modo en que se fomenten sus capacidades y se genere en ellos el interés por aprender de manera positiva. De esta forma también se contribuye a su realización personal integradora como seres humanos felices.
Siendo un poco más concretos, se introduce la música como si de una lengua materna se tratara, procurando que el niño aprenda a hablarla de la forma más natural posible. Tal y como se recoge en un estudio realizado por la Federación de Enseñanza de Andalucía, de la misma forma en que los niños aprenden a hablar por sí mismos, gracias a escuchar diariamente los diferentes sonidos que componen el lenguaje, su cerebro es también capaz de adquirir cualquier otra forma de conocimiento mediante la repetición sistemática, ya que con la repetición se consiguen reforzar las áreas neuronales de interés.
¿Cuáles son los beneficios del aprendizaje del violín en la etapa infantil?
Algunos de los beneficios implícitos en la práctica musical y, más concretamente, del violín son los siguientes:
- El desarrollo progresivo de la memoria
- El aumento progresivo de la capacidad de atención y concentración
- La mejora en la psicomotricidad, coordinación y funciones motrices
- La potenciación del oído musical
- El desarrollo de la creatividad y de la capacidad de expresión
- La socialización a través de las dinámicas grupales y conciertos, a la vez que se aprende a ocupar su puesto en el colectivo, responsabilizándose del papel que desempeña cada alumno en el grupo
- El aumento de la autoestima y de la capacidad de expresarse en público
- El desarrollo de la inteligencia emocional e inteligencias múltiples
- El desarrollo de la sensibilidad y la percepción a través de la escucha
¿Cómo se produce el aprendizaje en estas edades tempranas? ¿Cómo se atienden las necesidades individuales del alumnado?
El aprendizaje se produce de forma práctica y vivencial, ya que está basado en el desarrollo de aptitudes clave y no en la adquisición inmediata de contenidos.
El violín deja de ser un fin en sí mismo para convertirse en un medio único al servicio del desarrollo integral del niño.
Cada niño puede seguir su propio proceso de aprendizaje personalizado según sus capacidades, sin ser necesario que todos los compañeros lleven el mismo ritmo. Esto lo conseguimos a través de las dinámicas grupales que favorecen el intercambio de roles y permiten la superposición de dificultades dentro de una misma tarea colectiva.